Sebastián de Romero Radigales y diplomáticos españoles en Grecia

La diplomacia franquista logró tomar el control inmediato de la embajada española en Atenas. En agosto de 1936, Sebastián de Romero Radigales, cónsul de la República Española en Chicago (ver foto), presentó su dimisión abruptamente y se dirigió a la capital griega, donde ocupó el edificio de la embajada y se autonombró representante diplomático del gobierno de facto de Burgos. Ramón Abella, embajador republicano en Atenas, enfermó y falleció en octubre de ese año.

Con la ayuda de la embajada italiana, Romero logró difundir los ideales de la España franquista mediante comunicados de prensa semanales, lo que le valió el apoyo de gran parte de la intelectualidad burguesa griega. Más importante aún, Romero logró vigilar el contrabando de suministros (armas y alimentos) desde la URSS a la República Española a través de aguas griegas, elaborando semanalmente "listas negras de barcos contrabandistas". Romero obtuvo su información del propio gobierno de Metaxas, de círculos navieros de El Pireo y Londres y de diplomáticos franquistas en los Balcanes, pero también de las tripulaciones de los barcos implicados en la operación de contrabando.

Tras firmar el Acuerdo de No Intervención, el Gobierno de Metaxas no reaccionó ante el golpe de Estado diplomático español en Atenas. Sin embargo, como muchos otros gobiernos, eludió la no intervención. Metaxas apoyó el contrabando en España y no hizo ningún esfuerzo real por ocultarlo. Esto se manifestó en las noticias publicadas en la prensa griega, principalmente en el verano de 1937, sobre la captura o hundimiento de barcos de propiedad griega.

La diplomacia de la República Española reaccionó con cierta pasividad, cediendo la embajada de Atenas a Romero y enviando al representante diplomático republicano, el diplomático judío Máximo José Kahn Nussbaum, al consulado de la Tesalónica sefardí. Los intentos de este último por reclamar la embajada en Atenas y controlar el contrabando resultaron infructuosos. 

El vencedor de la guerra civil diplomática en Atenas fue Sebastián de Romero Radigales, quien continuó sirviendo en Atenas como cónsul durante la Segunda Guerra Mundial y luego como embajador durante la Guerra Civil Griega de 1946-1949. Se le atribuyó póstumamente el rescate de cientos de judíos griegos de los campos de exterminio nazis, y en 2014 Yad Vashem lo declaró Justo entre las Naciones. Máximo José Kahn Nussbaum huyó a Latinoamérica, donde se integró a la intelectualidad española en el exilio y se distinguió como escritor.

DF