Las retaguardias

En las principales guerras del Siglo XX, los países combatientes movilizaron todos sus recursos materiales y humanos de una manera sin precedentes. En esas guerras también se borró la línea entre luchadores y civiles, con el resultado de que estos representaron un porcentaje cada vez mayor de los muertos. Y en estos conflictos también las retaguardias tuvieron un papel clave. A la vez, las exigencias militares pusieron mucha presión en las relaciones sociales establecidas.

La Guerra Civil Española fue una de estas guerras. En esta galería exploramos el papel de las dos retaguardias y las maneras en que el conflicto les afectó.

Donde fracasó, la rebelión militar del 18 de julio provocó el colapso de las estructuras tradicionales de poder que, en muchos casos, fueron sustituidas por una variedad de organismos revolucionarios controlados por sindicatos y partidos políticos. También hizo posible una revolución social en la mayor parte del territorio republicano. Las autoridades Republicanas hicieron todo lo posible para superar esta situación, pero nunca lo consiguieron por completo.

Nada de esto pasó allí donde la rebelión militar tuvo éxito. Se declaró el estado de guerra en seguida. Los rebeldes establecieron su propio Gobierno y el régimen Nacionalista, encabezado por el general Francisco Franco, quien pronto forzó a las fuerzas políticas que le apoyaron a entrar en un dócil partido único oficial.

Se empleó la violencia contra los supuestos enemigos en las dos zonas, pero hubo diferencias importantes. El número de asesinados en la zona Nacionalista fue el doble de la zona Republicana. Y aunque todas las fuerzas políticas y sindicales en la zona Republicana estaban involucradas en asesinatos, nunca hubo una política oficial de terror como sí existió en la zona Nacionalista. En total, el número de asesinados en las retaguardias durante la guerra e inmediatamente después casi igualó a los muertos en el campo de batalla. En esto, el conflicto español se parece más a la Segunda Guerra Mundial que a la Primera.

Las mujeres en las dos retaguardias tuvieron la oportunidad de contribuir al esfuerzo bélico, y a veces de maneras que transgredieron las normas de género establecidas. Y los niños fueron sujetos a procesos de movilización cultural similares.

En muchos aspectos importantes, la retaguardia Nacionalista sintió los efectos de la guerra mucho menos que la Republicana. No hubo escaseces de alimentos. Sufrió menos bombardeos aéreos, y no hubo que evacuar a los niños de las ciudades. Salvo en zonas muy concretas de Aragón, solo los civiles Republicanos tuvieron que huir de los ejércitos enemigos, la represión que estos trajeron consigo, y convertirse en refugiados dentro de su propio país.

Finalmente, la victoria Nacionalista supuso que los civiles de las dos retaguardias tuvieron experiencias completamente opuestas después de la guerra. Los Nacionalistas fueron los beneficiarios de las políticas de la victoria del régimen Franquista. Algunos Republicanos, unos 500.000, se escaparon del país hacia un futuro muy inseguro. Los demás tuvieron que vivir bajo un régimen que no tuvo el más mínimo interés en la reconciliación y que nunca les dejó olvidar de que eran los vencidos.