El barco mercante Elliniko Vouno (Montaña Griega)
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Históricamente prominente en el comercio del Mar Negro y el Mediterráneo, desde el principio la navegación griega iba a desempeñar un papel fundamental en el transporte de suministros a España. Además, dado que la navegación mercante era la rama más importante de la economía griega, en abril de 1936, al ser nombrado primer ministro, Ioannis Metaxas se comprometió a trabajar por sus intereses. Según la inteligencia alemana, los barcos griegos comenzaron a descargar suministros de guerra soviéticos en Alicante y Barcelona a finales de octubre de 1936.
Los archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores griego ofrecen información detallada sobre la compleja operación mediante la cual los buques mercantes griegos abastecían a la República. Desde su puerto de partida, recibían certificados que les permitían navegar hasta el puerto francés de Sète, donde permanecían hasta recibir un radiograma codificado de pequeños pesqueros franceses que navegaban en aguas españolas con el pretexto de faenar. Su verdadera misión era notificar a los cargueros en Sète cuando no había ningún buque rebelde español en la zona y era seguro navegar. Tras recibir el visto bueno, los barcos zarpaban de Sète a Barcelona para descargar su carga. Desde Barcelona, cada barco era escoltado por un buque de guerra republicano hasta que abandonaba aguas españolas. El gobierno griego era consciente de que estas actividades eran enormemente rentables para la marina mercante griega, ya que el valor del flete de un solo viaje era casi tan alto como el del propio barco.
Además, las crecientes dificultades para transportar suministros hicieron que la única ruta para los suministros de la República desde la Unión Soviética fuera a través de los Dardanelos. En 1937, la ruta se utilizó ampliamente, por lo que Franco y Mussolini decidieron patrullar el estrecho, torpedear barcos españoles y soviéticos y aterrorizar a los buques de otras naciones. Los resultados de esta decisión se hicieron evidentes en diciembre de 1937, cuando el embajador griego en Ankara informó que en las últimas semanas casi ningún barco español o soviético con suministros había zarpado hacia España. Mientras que unos quince buques españoles estaban inmovilizados en Odesa, «los barcos que transportaban cargamentos a la España roja eran principalmente de bandera inglesa o griega».
En mayo de 1938, los buques mercantes griegos fueron sometidos a una persecución implacable por parte de la armada nacionalista. Periklis Argyropoulos, el agente griego en el cuartel general de Franco, presentó sucesivos informes sobre la «indignación» de Franco contra Grecia por abastecer a los rojos. Los nacionalistas nombraron específicamente a Metaxas y Prodromos Bodosakis-Athanasiadis, propietario de la Compañía Griega de Pólvora y Cartuchos, como los principales culpables.
Los franquistas convirtieron algunos de los buques mercantes griegos capturados en barcos militares y nunca devolvieron el resto, a pesar de las peticiones del gobierno griego durante y después de la Guerra Civil. El buque mercante Elliniko Vouno (Montaña Griega), que se muestra en la foto, fue incautado en 1938 y rebautizado como Castillo Mombeltrán. Permaneció en servicio hasta 1968.
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