Javier Ferreiro
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Manuel Ferreiro Fernández y Aurora Gutierrez (ambos en la foto tomada el día de su boda) tuvieron 5 hijos: Jose Ignacio, Manuel, Rafael, Luz María y Javier, el que escribe, que tengo el placer de poder reseñar un resumen de la vida de mi padre pues él participó en la Guerra Civil Española. Tenía 24 años cuando tuvo lugar el golpe de estado de 1936. En aquel momento combinaba su trabajo en una tienda de ultramarinos familiar en Ribadesella con su participación en la constitución del Partido Comunista de dicha localidad.
Desde su posición no fueron pocos los amigos a quienes salvó bien de agresiones o incluso de la muerte ya que consideraba que el hecho de ser rivales políticos no les hacía merecedores de venganzas injustificadas e ilegales. Participó en los combates del frente de Asturias y cuando este cayó y las tropas fascistas se acercaban a su pueblo, huyó al monte con su hermano Juan, mientras sus padres y hermana se quedaron en Ribadesella.
Tras unos meses acordó con su familia construir un zulo en su casa aprovechando un agujero de obra en el cuarto de baño anexo a la escalera del edificio. Allí permaneció más de un año saliendo en ocasiones a dar pequeños paseos por la vivienda. En una de sus salidas llegó a la casa una pareja alemana a ocupar una habitación y no le dio tiempo a volver a su escondrijo. Se ocultó bajo la cama y muerto de miedo escuchaba al militar y su pareja descargar sus bártulos, vestirse hasta que salieron de la casa y pudo esconderse de nuevo.
La Guardia Civil lo buscaba intensa y periódicamente iban a la casa y llevaban detenido a su padre. Su hermana Maruja llevaba a la policía al monte y allí gritaba: ¡Manolitoooo, baja, que no te hacen nada! Como la situación se alargaba se puso en contacto a través de su hermano Juan, más joven y sin órdenes de búsqueda, con alguno de sus antiguos amigos nacionales para valorar su salida y poder huir al extranjero. Alguno de ellos lo delató y un día la Guardia Civil lo detuvo en su zulo.
Sometido a juicio se pedía para él la pena de muerte, pero, gracias a la intercesión de muchos amigos del bando ganador que destacaron su ayuda durante la República, fue condenado a un campo de concentración en Miranda del Ebro.
Al salir del campo, Manuel volvió a su pueblo donde reinició su vida casándose en 1944 con nuestra madre a la que había conocido por primera vez cuando, escondido en su zulo de la escalera, ella llegó desde Mazcuerras con su padre para alquilar la vivienda superior al piso de Manuel. Allí, en silencio y a oscuras casi decidió que aquella chica algún día sería la madre de sus hijos, y así fue. De ambos heredamos valores sociales importantes: justicia, democracia, educación, y respeto a las diferencias de opinión que deben ser siempre resueltas mediante el diálogo y nunca la violencia.
Manuel falleció en 2006 en A Coruña donde vivió desde el año 1964.






