Aprendices en un taller de la Fábrica de Moreda (Asturias)
Creator: Suárez, Constantino
Source:
Muséu del Pueblu d'Asturies (Gijón), FF000287
Date Created: 1920
Extent: 1 item
43.53654, -5.68347
El periodista y fotógrafo asturiano Constanino Suárez captó esta imagen de unos jóvenes aprendices en un taller de la Fábrica de Hierros de Moreda en 1920.
El trabajo infantil era habitual en las sociedades agrarias, que lo veían como algo positivo al servir de ayuda para la economía familiar. Fue la Revolución Industrial la que mostró el problema en su total dimensión. En el siglo XIX, en paralelo a las paupérrimas condiciones de trabajo en las fábricas con miles de niños, comenzó un intenso debate público en torno a la necesidad de proteger a la infancia. Regular las horas de trabajo y su descanso, además de poner un edad mínima para empezar a trabajar ocuparon los primeros intentos de legislación, sobre todo, en países con una industrialización más avanzada como Gran Bretaña.
En España los primeros intentos no llegaron hasta 1855, cuando Manuel Alonso Martínez, Ministro de Fomento, trató de limitar el trabajo infantil prohibiéndolo antes de los 8 años. Pero esta ley no llegó a aprobarse y no hubo nuevos intentos legislativos hasta 1873, durante el Sexenio Democrático. El ministro de Fomento, Eduardo Benot promulgó entonces un proyecto de ley que establecía un máximo de horas y una edad mínima, 10 años, para empezar a trabajar. El creciente interés por la educación de los infantes, además de las sucesivas reformas sociales y laborales, especialmente durante la II República, posibilitaron mejoras en las condiciones de vida de los menores y su número se redujo progresivamente en las fábricas.
De todos modos, el trabajo infantil, especialmente en el mundo agrario, no fue erradicado en España hasta la Transición, con la universalización de la educación y la mejora de los derechos de la infancia. Hoy en día continúan siendo mano de obra barata en países en vías de desarrollo.
FMP






