El apoyo de la iglesia Católica de Puerto Rico a la causa franquista
Creator: Alegría, José S.
Source:
Puerto Rico Ilustrado, Colección Puertorriqueña, Biblioteca de la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras
Date Created: 1939-04-29
Extent: 1 item
18.36428, -66.07648
La jerarquía eclesiástica de la Iglesia Católica en Puerto Rico apoyó la causa de la sublevación desde el principio de la contienda. El clero, constituido principalmente por sacerdotes y monjas españoles (algunos afiliados a Falange Española), patrocinaba actos religiosos para apoyar la rebelión militar. En las misas y rosarios se rezaba por la paz de España, pero se incluía una oración especial para la reparación de las “graves ofensas inferidas por los republicanos”. Los sacerdotes realizaban colectas especiales y las religiosas vendían artículos de propaganda franquista.
Lo recaudado por la iglesia llegaban a la España nacional a través del sacerdote jesuita Francis X. Talbot (Nueva York). Padre Talbot, fiel creyente del anticomunismo católico y de la cruzada del general Franco, organizó y registró en el Departamento de Estado de EE.UU. la corporación “American Spanish Relief Fund” en mayo de 1937. Utilizando la logística de las parroquias a través de todo EEUU, circulaba propaganda profranquista y promovía la recaudación de fondos que enviaba al arzobispo de Toledo, cardenal Isidro Gomá. En mayo de 1938 Talbot informó al Departamento de Estado que la Junta Patriótica de España de Damas de Puerto Rico había recaudado y enviado $3,548 (equivalentes a $78,430 actuales) al cardenal Gomá.
A pesar de la posición de la iglesia, algunos católicos denunciaron el apoyo de la iglesia a la sublevación militar. El sacerdote holandés Martín Berstein fue de los primeros religiosos en denunciar que el ideario de Falange era incompatible con el cristianismo. Entre agosto de 1936 y febrero de 1937 publicó editoriales en el semanario católico El Piloto condenando la posición de la iglesia. Un año más tarde, en febrero de 1938, se suspendió la publicación de El Piloto. Por otro lado, la iglesia protestante en Puerto Rico comunicaba en su publicación quincenal Puerto Rico Evangélico un mensaje de concordia y neutralidad, sin alinearse con algún bando de la contienda.
Al finalizar la guerra en abril de 1939, se celebraron actos religiosos en las ciudades principales (San Juan, Mayagüez y Ponce). En la catedral de San Juan el obispo Byrne celebró una misa solemne en “agradecimiento por el triunfo del glorioso movimiento”, con la participación de Falange Española (que escoltó al clero en su entrada al templo), miembros prominentes de la colonia española, y funcionarios gubernamentales.
TTR






