Desfile de Gudaris en Bilbao

El Ejército de Operaciones de Euzkadi, o Ejército Vasco, se creó en octubre de 1936, una vez formado el Gobierno vasco. Esta fuerza militar tuvo unos antecedentes previos, que datan de los días posteriores al golpe de Estado del 18 de julio. Como respuesta a la sublevación, partidos políticos y sindicatos tanto de izquierdas como anarquistas, así como miembros de ANV, organizaron grupos de milicianos que intentaron sofocar o frenar el golpe. Las primeras columnas de milicianos partieron a los frentes de combate de Gipuzkoa y Araba al mando de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, como guardias civiles, guardias de asalto, carabineros, miñones o miqueletes, afines a los postulados republicanos. Por lo que los podemos afirmar que la composición de estas primeras columnas era muy heterogénea. 

Los esfuerzos de estos voluntarios no pudieron frenar a los sublevados, que contaban con más hombres, mejor entrenados y mejores armas. El PNV se sumó a la defensa de la legalidad republicana desde el primer momento, si bien en cierto, que sus milicias no entraron plenamente al combate hasta octubre de 1936. Distintos autores indican que la aprobación del Estatuto de Autonomía y la creación del Gobierno vasco el 7 de octubre de 1936 fue decisivo para este hecho, mientras que otros historiadores indican que las fuerzas nacionalistas carecían de entrenamiento y armamento, por lo que hubo que formarlas en dichos meses. 

La creación del Gobierno vasco supuso un impulso decisivo para el Ejército de Operaciones de Euzkadi, ya que el 18 de octubre se procedió a la movilización de distintas quintas. A esta fuerza compuesta por milicianos voluntarios se le sumaron entre 12.000 y 15.000 combatientes. El 25 del mismo mes el Gobierno vasco procedió a militarizar las milicias, creando oficialmente el Ejército Vasco, o Ejército de Operaciones de Euzkadi. En diciembre de 1936 y en mayo de 1937 se comenzó a movilizar más quintas. 

El Lehendakari Aguirre asumió el cargo de consejero de Defensa, por lo que era el último responsable de este. Modesto de Arambarri, jefe de la Guardia Municipal de Bilbao, fue designado como Jefe de Operaciones y Alberto Montaud, teniente coronel de Ingenieros, jefe del Estado Mayor. 

La unidad principal del Ejército entre octubre de 1936 y abril de 1937 fue el batallón, adscrito a una organización política o sindicato. Este hecho fue aceptado por todas las organizaciones que formaban el Gobierno vasco, ya que mantenía la cohesión política de sus miembros. Cada batallón estaba compuesto por unos 650 hombres. 

Hasta abril de 1937 los batallones se organizaron en sectores militares, distribuidos por distintos frentes de combate. Esta organización servía para un frente estable, por lo que tras la ofensiva franquista de finales de marzo de 1937 hubo que reorganizar el Ejército, englobando los batallones en brigadas y éstas en divisiones. 

La pérdida de Bilbao el 19 de junio de 1937 supuso un duro golpe para el Ejército, que terminó por entregarse casi en su totalidad en Santoña a finales de agosto de 1937. 

AI / UB / MJV